Como cada domingo/lunes, os presento la nueva tira para Gazeta 20. De nuevo volvemos al más puro hiperrealismo, rehuyendo del vil copipaste que tanto nos disgusta para hablar de no sé muy bien qué. Yo hago dibujacos y lo que sale ha salido. Y ya está. ¡Espero que os guste!
Hola gente uan mor taim. La tira de hoy está dedicada a todos aquellos que trabajan en régimen de semiesclavitud, es decir, de becarios. A falta de mili... ésta es una buena forma de recibir tortazos a diestro y siniestro sin venir a cuento y encima dando las gracias por cada golpe.
Pero en fin, lo bueno de haber pasado por la beca de marras es que al menos tenemos una buena razón para llamar a nuestros futuros hijos "vagos", "gandules" y otros apelativos cariñosos cuando los veamos apalancados en el sofá. "Yo a tu edad me deslomaba durante 20 horas al día haciendo fotocopias sin recibir más que cuatro créditos de libre y algún que otro escupitajo para hidratarme en la cámara de torturas en la que por desventura me tocaba sufrir". Hay que exagerarlo todo, porque si no no se levantan ni patrás.
¡Hola a todiós de nuevo!
Como cada domingo, os muestro una nueva y frejísima tira que, como ya sabéis, mañana podréis ver también en Gazeta20 (¡no dejéis de visitar esta fantabulosa y espeluztacular güeb!). Aunque quizás sea un poco tarde porque queda poquito verano, la cosa esta semana va de playas (qué capacidad descriptiva tengo, madre). Bueno, que ustedes la disfruten. ¡Arriau!
¡Ey! ¿Cómo andamos? Como ya me estoy acostumbrando a subir dos tiras a la semana, os dejo aquí una pretérita, de esas de hace mucho mucho tiempo... o no tanto. Dibujada con una técnica desbordante de calidad (si os fijáis, si pegáis vuestras narices al cristal del monitor, podréis ver hasta los poros de la piel de los muñecos y todo), ésta va de dudas existenciales. Una paparruchada más de vuestro querido Brot, vamos.
Bueno, que os vayan bien las vacaciones, los estudios, los tajos y/u ocupaciones en que gastéis el mes de agosto. ¡Un saludo!
Aquí va una de las primeras tiras que publiqué en Gazeta20, nacida de una sesuda reflexión acerca del origen de un videojuego basado en un fontanero que mata bichos para salvar a una princesa (¿esa?¿esa es la imagen que tenían los japos de los italianos?). Total, que todo apunta a que el Luigi este era un fiestero o un tragaldabas, una de dos, si nos tenemos que basar en la tira en cuestión hecha con todo el amor, eso sí. Espero que os guste, amiguetes.
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